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¿Cómo utilizaron los científicos japoneses un sistema nervioso artificial del dolor para desarrollar un robot que puede sentir dolor?

Científicos japoneses en robótica han desarrollado un niño robot que puede sentir dolor. Esto puede parecer difícil de entender, ¿por qué un robot debería sentir dolor? ¿No sería bueno tener un cuerpo de acero que no duela? Los investigadores dicen que la sensación de dolor puede ayudar a las máquinas a comprender y simpatizar con sus compañeros humanos en un nivel "empático".

Científicos de la Universidad de Osaka en Japón han desarrollado una piel artificial que contiene una gran cantidad de sensores que pueden detectar sutilmente cambios de presión, ya sea un toque ligero o un golpe fuerte. Estos sensores en la piel enviarán señales al "sistema nervioso del dolor" artificial. Después de un análisis y procesamiento sistemático, estas señales se convertirán, lo que permitirá que un robot infantil responda a este sentimiento a través de diversas expresiones faciales.

El pasado 15 de febrero, en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Seattle, el científico que lidera este proyecto de investigación y desarrollo, Minoru Asada, presentó el proceso de trabajo del equipo de investigación.

Un niño robot llamado Affetto nació en la Universidad de Osaka en 2011. En ese momento, solo tenía una cabeza realista capaz de controlar los músculos de su cara para sacar diversas expresiones, como sonrisas y ceños fruncidos. Cubierto por un material suave similar a la piel, el robot era capaz de mover 116 puntos faciales diferentes. . Y este último proyecto le da al niño un cuerpo robótico y un esqueleto artificial cubierto de piel y rematado con nuevos sensores táctiles. Que pueda moverse y sentirse como un niño humano.

El objetivo final de este proyecto de investigación y desarrollo es crear robots sociales más realistas que puedan interactuar con los humanos a un nivel más profundo. Esto puede parecer una fantasía a largo plazo, pero no está tan lejos como parece. Japón ha implementado varios robots diferentes en hogares de ancianos, oficinas y escuelas en respuesta al envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral. Algunos lugares de Estados Unidos también han intentado disponer de robots para patrullar las calles en la vida real, aunque los resultados no son los ideales, con resultados mixtos.

Los científicos responsables de este proyecto de investigación y desarrollo dijeron que si estos robots pueden tener las mismas capacidades de percepción que nosotros los humanos, entonces podrán comunicarse con los humanos de manera más realista y efectiva.

Sin embargo, Antonio Damasio, neurocientífico de la Universidad del Sur de California, afirma que aunque los robots pueden tener sensibilidad, su procesamiento interno de información es completamente diferente al de nuestros cerebros humanos. Hay más neuronas en nuestro cerebro que estrellas en la Vía Láctea, y todo el sistema es más complejo que la Vía Láctea. Las capacidades de procesamiento de información del sistema de procesamiento central de la máquina dificultan que los robots empaticen con nosotros, los humanos.

Pase lo que pase, esta es una mejora significativa. Esperamos que en un futuro próximo haya robots más avanzados, que puedan comprender mejor el pensamiento humano y tener una relación más estrecha con los humanos. Pueden liberar nuestras manos, liberar nuestros cerebros y trabajar con nosotros para crear una era mejor.