Materiales para la continuación de "Oídos Escondidos y Campanas Robadoras"
Continuar escondiendo las orejas y robando la campana
El estúpido ladrón, después de aprender la lección de la última vez, no se atrevió a atacar fácilmente. Pensó: La última vez hizo demasiado ruido y lo descubrieron. Sin embargo, hacer ruido es inevitable. ¿Qué hacer? Lo pensó y finalmente se le ocurrió un plan que pensó que era factible. Pensó: si hubiera un ruido más fuerte para tapar el sonido del robo de la campana, nadie se daría cuenta de que estaba robando la campana. Sin embargo, ¿cómo podemos evitar que el dueño del reloj se sienta atraído por el sonido del robo del reloj?
Se le ocurrió una buena manera: encontrar un cómplice y dejar que su cómplice fuera a la casa del dueño del reloj. ¿Qué hacer? El cómplice quiere recomendar petardos al dueño del reloj. Cuando llegue el momento, el cómplice tomará la iniciativa de preguntarle al dueño si sus petardos son buenos. Utilice el sonido de los petardos para tapar el sonido de las campanas.
Simplemente hazlo. Encontró un cómplice y, tras discutir con él, actuó a las ocho de la noche.
Como resultado, el cañón fue disparado en la dirección equivocada. El petardo fue colocado justo en el trasero del líder. Como puedes imaginar, la operación de robo de campanas volvió a fracasar.