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¿Por qué Guillermo IV rechazó la sugerencia de Bismarck?

Bajo el impacto de la revolución burguesa, los parlamentarios liberales de los estados alemanes dirigieron sus desafíos a la aristocracia feudal y al poder real Prusia, como gran país, también enfrentó desafíos. Guillermo IV no quiso renunciar a su falsa imagen de democracia y de "buen monarca", por lo que adoptó una actitud fría ante estos desafíos. Como propietario de una mansión aristocrática feudal, Bismarck odiaba a la burguesía por perseguir sus propios intereses. En junio de 1848, reunió a un grupo de propietarios señoriales influyentes y juntos escribieron al rey: "Nunca aceptaremos ninguna solicitud de confiscación de tierras privadas. Si se produce un comportamiento tan injusto, exigimos una acción firme".

Bismarck no esperó. Comenzó a seguir la vida política con gran entusiasmo. Viajó a Berlín, Potsdam y otras ciudades e hizo numerosos amigos políticos. En 1851, se restableció la Asamblea de la Confederación en Frankfurt y Prusia necesitaba enviar a Frankfurt un portavoz con carácter firme y magníficas habilidades diplomáticas. Gerlach aprovechó una vez más la oportunidad para recomendar a Bismarck al rey: "Su Majestad, su lealtad y su valentía han demostrado que su elocuencia y su actitud pragmática son suficientes para esta misión".

En el círculo diplomático de Frankfurt, al representante de Austria, el Conde Thun, siempre le gusta asumir la postura intimidatoria del Imperio austríaco entre los enviados de varios países, y siempre revela en determinadas ocasiones que Austria es el aliado emocional de Alemania. Aunque Bismarck apareció como enviado de una de las dos grandes potencias en Alemania, Thun todavía no lo tomó en serio. Bismarck estaba extremadamente descontento con el hecho de que el Bundestag tuviera como sede Austria. No creía que esta situación mejoraría la situación diplomática de Prusia. Escribió con pesimismo al Ministro de Asuntos Exteriores Manteuffel: "No tengo ninguna esperanza de que el resultado del parlamento estatal sea a favor de Prusia".

En 1854, los dos países llegaron a un acuerdo para fusionar los dos países y su defensa El Tratado de Alianza fue prorrogado por otros tres años. Bismarck sugirió al rey y al Ministro de Asuntos Exteriores: "Deberíamos desplegar el ejército en Silesia. Cuando la situación lo requiera, el ejército puede cruzar rápidamente la frontera con Austria y utilizar sus fuerzas para recuperar de Austria el estatus de "árbitro alemán". "

Guillermo IV rechazó la oferta de Bismarck de invitar a Napoleón III, acusándolo de "diplomacia arriesgada". Bismarck quedó una vez más excluido y había un dolor y problemas indescriptibles enterrados en su corazón. Bismarck volvió a apostar por las fichas equivocadas en su carrera oficial. Estaba preocupado por el rey Guillermo IV, su confidente político Gerlach y el ministro de Asuntos Exteriores Manteuffel, y no renunció a su lealtad y a sus esfuerzos, incluso después de haber sido desairado muchas veces por el rey.