La forma del material de composición de lluvia de sexto grado.
La lluvia primaveral cae tranquila y silenciosamente, como la punta de una aguja, como el pelo de vaca, como el humo y la niebla. Despertó todas las cosas, y las hierbas asomaron sus cabecitas puntiagudas del suelo, respirando con avidez el aliento de la primavera y absorbiendo la lluvia ganada con tanto esfuerzo. Los sauces junto al lago se mecen con la brisa, como si dieran la bienvenida a la lluvia primaveral. Se mecen bajo la lluvia y bailan alegremente. En la calle, la carretera mojada parecía un río chispeante. La gente en la calle sostiene paraguas de varios colores, como nenúfares flotando en el agua. Los vehículos que pasan son como barcos nadando en el agua, dibujando una línea de agua. Las calles están llenas de peatones y los niños caminan en los charcos, un paso a la vez, sonriendo...
Xia. La lluvia caía, como puntos de frijoles, como perlas, golpeando el cuerpo y había un dolor indescriptible. La lluvia saltó sobre el techo y todo lo que vi fue un chapoteo de agua brumosa que volaba hacia arriba. El agua de lluvia del techo fluyó por los aleros, formando una cascada "ruidosa y ruidosa". La lluvia caía sobre los cables, al igual que las notas cuidadosamente dispuestas en el pentagrama. Unas gotas de agua se condensaron para formar unas gotas de agua, que cayeron formando una cortina de agua. La lluvia era cada vez más intensa y pronto se convirtió en un fuerte aguacero. Una ráfaga de viento arrastró la lluvia de los árboles y golpeó a la gente. Las grandes gotas de lluvia cayeron al suelo y se convirtieron en salpicaduras de agua...
La lluvia de otoño cae al suelo, como seda, como tela de seda, cae al suelo, cae sobre la cara, seda fresca, fluye hacia la boca, dulce y dulce, haciendo que la gente se sienta borracha y sueñe, intoxicada. El cielo bañado por la lluvia otoñal es tan azul como el mar. Los trozos de nubes blancas son como pequeños barcos que flotan lentamente en el cielo. La lluvia otoñal caía suavemente. Delgadas gotas de lluvia tejen una cortina gris entre el cielo y la tierra. La lluvia otoñal cae a cántaros, golpea las ventanas y el suelo, toca una marcha otoñal, toca una melodía eufemística, imagina una concepción artística infinita, como un manantial claro y borboteante, mezclándose con la tierra y el otoño...