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La composición salvaje de la adolescencia

Desde estudiar hasta graduarme de la escuela primaria, mi rendimiento académico estuvo entre los mejores de la clase. Cuando estaba en la escuela secundaria, me admitieron en la escuela secundaria número 2, a pocos kilómetros de casa. Como estaba lejos de casa, me quedé en el dormitorio de la escuela. Sin control parental, hice algunos compañeros irresponsables. Bajo la influencia de esos compañeros de clase, a menudo llegaba tarde y faltaba a clase. En poco tiempo, pasé de ser una buena chica con buenas notas a un bombón callejero. Mi escuela se hizo conocida como un estudiante problemático y, por supuesto, mis calificaciones cayeron en picado.

Más tarde mis padres se enteraron de esto, y mi madre se enojó tanto que lloró. Mi padre estaba furioso y buscó un palo para golpearme, pero yo me quedé fríamente en un rincón como si nada hubiera pasado.

Después de eso, a mis padres no les importaron mis asuntos, pero cumplieron con su deber y me pagaron los gastos de manutención todos los meses. Parecían estar completamente decepcionados con su hija.

Durante el Año Nuevo chino y las vacaciones, un pariente me preguntó cómo estaba. Mi padre suspiró y dijo: "Las flores florecieron demasiado pronto y se marchitaron". Comí unos bocados de arroz. Regresé a la habitación. Me acosté en la cama y pensé en mi antiguo yo. Extraño mis días de escuela primaria. Nunca me atreví a llegar tarde a la escuela primaria, y mucho menos faltar a clases. Siempre he odiado a esos gánsteres de la sociedad y juré nunca ser ese tipo de persona cuando sea mayor. Ahora estoy muy cerca de ellos. Mientras lo pensaba, no pude evitar derramar lágrimas...

Desde entonces, los malos estudiantes a los ojos de los profesores han desaparecido, los estudiantes problemáticos a los ojos de los compañeros han desaparecido y Las "buenas hermanas" a los ojos de los "amigos" también han desaparecido, pero yo me puse aún más seria y seguí sosteniendo libros todo el día.

En el examen parcial, mi puntuación saltó al top diez de la clase. La gente a mi alrededor se sorprendió por mi cambio. Este estudiante notoriamente problemático de repente dejó de llegar tarde y faltar a clase y se convirtió en un erudito diligente, activo y estudioso. Era como si hubiera renacido.

Gané el premio en la elección final de estudiante destacado. Cuando me paré en el podio sosteniendo el certificado, las lágrimas fluían libremente frente a todos como un arroyo, haciéndome ahogar.

Cuando la gente me pregunta por qué cambio tan rápido, siempre respondo: "Fue solo una rebelión adolescente".