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Habilidades básicas para jugar dados ordinarios a mano

Las habilidades básicas para jugar dados ordinarios a mano son las siguientes:

1. Controlar bien la fuerza Al lanzar, la fuerza no debe ser demasiado grande o. demasiado pequeño. Sólo cuando es moderado puedes lanzarlo. Un estado de estabilidad, rotación y equilibrio.

2. Rotación, controla la rotación y deja que los dados giren al lanzar.

3. Siente, esto sólo se puede entender pero no se puede expresar con palabras. Si no lo practicas cien u ochenta veces, no puedes decir que tienes ningún sentimiento. los viejos juegan es solo la sensación. Desde la antigüedad hasta el presente, dondequiera que haya personas mayores, han oído hablar de dedos rotos.

4. Concéntrate en los puntos clave. El dado tiene 8 esquinas y 6 lados. Si quieres 3 puntos, entonces las 4 esquinas de 3 puntos son los puntos clave a controlar. puntos El foco de fuerza dará a las personas una sensación de inclinación y balanceo.

Ampliación de información

El dado es una especie de equipo de juego o equipo de juego en la antigüedad, era un pequeño cuadrado tridimensional hecho de huesos, madera, etc., con. 1, 2, 3, 4 y 5 tallados en los seis lados. Las seis en punto, ¿en algunos lugares lo llaman dados? En teoría, los dados con formas uniformes tienen la misma probabilidad de quedar boca arriba cuando se lanzan. Ahora se utiliza generalmente para mahjong, ajedrez y juegos de cartas y otras actividades.

Los dados tienen dos colores de puntas, es decir, una y cuatro puntas son rojas, mientras que el resto son negras. El cambio de color está relacionado con el Emperador Ming de la Dinastía Tang.

Se dice que tanto a Tang Minghuang como a Yang Guifei amaban los juegos de dados. Cuando era el turno de Tang Minghuang de tirar los dados, podía ganar contra Yang Guifei solo cuando ambos dados eran cuatro.

Tang Minghuang siguió gritando "doble cuatro" mientras giraba los dados, y cuando los dados se detuvieron, aparecieron dos cuatro puntos. Cuando el emperador Ming de la dinastía Tang vio esto, pensó que era un buen augurio, por lo que ordenó al eunuco Gao Lishi que pintara de bermellón las cuatro puntas de todos los dados. Posteriormente, también pintó los puntos del lado correspondiente al. cuatro puntos en rojo. Este dicho desencadenó la imitación entre la gente y se ha transmitido hasta el día de hoy.