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Felicidad: el hogar del alma

La felicidad, una simple palabra, dice el significado de la vida. Viva felizmente mientras esté vivo. Y mi felicidad viene de mi madre que tiene el pelo plateado en las sienes.

El amor de madre es la brisa del verano, que aleja la irritabilidad de mi corazón; el amor de madre es el sol de invierno, que calienta mi corazón; La clara fuente alimenta mi corazón; me hace agradecido.

En ese momento, estaba sentado en la alta pila de trigo en el campo, mirando a las ovejas a lo lejos; en ese momento, estaba sentado bajo el frondoso sicomoro afuera de la puerta, mirando a las ovejas; La gente va y viene. Todo transcurrió tranquilamente entre los dedos del anciano, pero lo que permanece sin cambios es el cuidado y el amor de mi madre por mí.

La felicidad es mi hogar emocional. Cuando era niño, solía ir a casa, oler el aroma de la comida que salía de la cocina, ver a mi madre ocupada y sentir profundamente el calor del hogar. Cuando crecí, mi casa estaba lejos de la escuela y tenía que vivir en el campus. Aunque no hubo comida deliciosa que me hiciera salivar, la voz de mi madre llegó por teléfono y sentí el calor del amor maternal.

La felicidad es el destino de mi alma. Cuando me voy a la cama, mi madre siempre me ayuda a tirar de la colcha después de quedarme dormido, pero este pequeño gesto me hace sentir el sabor de la felicidad. En mis estudios, mi madre siempre me animó cuando encontré dificultades y me animó cuando fracasé. Puede que ella no tenga tanta educación como otros padres y pueda ayudarme con mi tarea, pero mi madre también puede ser mi gran apoyo porque me siento cariñosa.

La felicidad es el hogar de mi cuerpo y mi mente. En la vida, mi madre nunca me ha adorado demasiado. He sido autosuficiente desde que era niño y me han enseñado todos los principios, incluida la dedicación desinteresada. Sentí el calor de mi madre. Cuando se trata de salud, mi mamá nunca me ha hecho sentir incómoda en lo más mínimo. Ella siempre se preocupa por mí cuando me siento un poco incómodo, ayudándome a deshacerme del dolor temprano y a sentir la calidez del amor.

Mi gran y común madre, el calor de ese momento siempre quedará fijado en el lugar más hermoso de mi corazón; ¡la felicidad de ese momento es mi hogar feliz!