¿Qué debo hacer si mi hijo está obsesionado con los teléfonos móviles?
Muchos padres tienen esta confusión: sus hijos están obsesionados con los teléfonos móviles y suelen utilizar los móviles de sus padres para mirarlos y jugar con ellos. Busque su teléfono después de cenar, busque su teléfono después de terminar la tarea y busque su teléfono cuando no tenga nada que hacer. Le pedí que jugara menos y tomara la iniciativa de devolver el teléfono, pero siempre estuvo de acuerdo y finalmente colgó el teléfono en medio de los regaños. He probado métodos duros y blandos pero nada funciona. ¿Hay alguna forma de detenerlo?
Es común en las familias modernas que los niños se obsesionen con los teléfonos móviles. La exposición excesiva a los teléfonos móviles y a los juegos tendrá cierto impacto en la salud física y mental de los niños. Si desea que sus hijos reduzcan el uso de teléfonos móviles, primero debe descubrir por qué están obsesionados con los teléfonos móviles, para poder guiarlos de manera correcta y efectiva.
Primero hagamos una comparación basada en las siguientes preguntas:
1. ¿Los teléfonos móviles de los padres permanecen en una ubicación fija todos los días?
2. Cuando un niño pide un teléfono móvil, ¿los padres están de acuerdo, consienten, están de acuerdo después de negociar o están firmemente en desacuerdo?
3. ¿A qué hora suelen pensar los niños en coger el móvil? ¿Después de los deberes/después de cenar/antes de acostarse/cuando estás aburrido?
4. ¿Los padres utilizan recompensas en los juegos para exigir a sus hijos que completen la tarea lo antes posible o exigirles que aprueben exámenes?
5. ¿Para qué suelen utilizar los niños los móviles? ¿Jugar juegos/jugar varias aplicaciones/hacer clic al azar?
6. Si no hay indicaciones ni paradas, ¿cuánto tiempo le llevará colgar el teléfono?
7. ¿Tus familiares tienen la costumbre de mirar el móvil o jugar en casa?
8. ¿Los miembros de la familia suelen hacer sus propias cosas y rara vez juegan con sus hijos?
Existen muchas razones por las que los niños se obsesionan con los teléfonos móviles. Podemos analizarlo desde los siguientes aspectos y encontrar estrategias efectivas para afrontarlo:
Razón 1: Los niños no tienen suficiente compañía.
Este tipo de compañía no es una cuestión de tiempo, sino de cómo los padres satisfacen las necesidades espirituales de sus hijos. Hoy en día, la mayoría de los niños únicos juegan solos debido a la falta de compañía. Si los padres no juegan con sus hijos y comparten la felicidad y los problemas, es fácil que los niños se sientan solos. A menudo podemos escuchar de ellos: "¡Es tan aburrido!" "¡Nadie puede jugar conmigo!" Entonces necesitan usar otras cosas para obtener compensación espiritual. Los snacks, la televisión e Internet se han convertido en sus mejores compañeros.
Como personas más cercanas a sus hijos, los padres deben cuidar de sus hijos sin escatimar, utilizar su tiempo libre para tener conversaciones más sinceras con sus hijos, comprender lo que sus hijos ven y oyen, y comprender sus necesidades y deseos. Escucha más a tus hijos y canaliza más sus emociones. La comunicación entre padres e hijos no requiere longitud, sino métodos, métodos y efectos.
Segundo motivo: los padres dejan que sus hijos jueguen con el móvil para evitar preocupaciones.
Algunos padres están ocupados con su trabajo y no tienen tiempo para prestar atención a sus hijos, por lo que les dan sus teléfonos móviles y los dejan jugar solos, para que los padres puedan hacer lo que quieran. hacerlo con tranquilidad. Este enfoque no sólo anima a los niños a volverse adictos a los teléfonos móviles, sino que también les dice sutilmente: Mamá y papá me dieron un teléfono móvil para jugar porque estaban ocupados. Entonces, la próxima vez que estén ocupados, tendré una razón para pedírselo. Un teléfono móvil para jugar. Semejante actitud no es amor, sino daño, y es absolutamente inaceptable.
Si los padres tienen algo que hacer y no tienen tiempo para acompañar a sus hijos, cuando sus hijos les suplican compañía, deben explicarles la situación y decirles que pueden hacer algo que les interese o sé un pequeño ayudante. Esto permite que los niños aprendan a comprender y considerar a los demás. También es una necesidad de compañía mutua.