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Cuando los robots inteligentes deciden suicidarse, ¿piensan de forma autónoma?

Los robots aún no pueden pensar. Una de las tres predicciones de Hawking es que los humanos deberían tener cuidado con la inteligencia artificial. Esta afirmación la suele decir alguien que ha visto demasiadas películas de ciencia ficción, pero resulta extraña viniendo del mayor físico de este siglo. Con el avance de la tecnología, los humanos se vuelven cada vez más dependientes de la inteligencia artificial. Los desarrolladores están ansiosos por aplicar la inteligencia artificial a cualquier producto electrónico. En el futuro, los mayordomos inteligentes pueden aparecer en películas de ciencia ficción.

1. Cuando los humanos regresan a casa, los robots que han estado ocupados todo el día están soplando el aire acondicionado y cocinando afuera. Incluso puede tomar una siesta cuando tiene sueño después de comer. Pero por ahora todavía queda un largo camino por recorrer entre las casas inteligentes y el diseño humanizado de las películas de ciencia ficción, porque lo que la gente suele reflexionar no es la inteligencia artificial, sino el retraso mental de la inteligencia artificial.

En segundo lugar, no importa cuán inteligente sea la máquina, solo puede realizar tareas de acuerdo con los programas escritos por humanos. Las máquinas están hechas de materia inorgánica y no pueden producir conciencia, al igual que las piedras no tienen capacidad cuatridimensional. Sin embargo, algunas personas creen que las máquinas pueden evolucionar y los robots pueden imitar el comportamiento humano y desarrollar cosas similares a las emociones. Algunos robots incluso intentan suicidarse debido a sus emociones.

En tercer lugar, se consideró que el robot llamado Roomba había muerto debido a unas tareas domésticas insoportables. Desde que su dueño se fue de casa, Roomba se ha visto abrumado por interminables tareas domésticas. Saltó a la estufa de la cocina y se quemó hasta morir. Según Helmut Kniewasser, bombero a cargo del incidente, el propietario del Roomba, un hombre de 44 años, lo apagó después de dejar que el robot completara su trabajo, pero durante ese tiempo, Roomba encendió la corriente, se puso en marcha. Fue a la cocina, empujó la olla del fuego y se sentó en ella. Algunos creen que el suicidio de Roomba fue una farsa y que su propietario inventó mentiras para eludir su responsabilidad, mientras que otros creen que Roomba es autónomo.