Quejarse y no quejarse de los materiales
Murió regañando.
La otra semilla silenciosamente hundió sus raíces en lo más profundo del suelo, absorbiendo cada gota de agua con todas sus fuerzas. Poco a poco, creció hasta convertirse en un árbol de Populus euphratica, su cuerpo se hizo cada vez más fuerte y se volvió cada vez más capaz de resistir el viento y la arena.
Este incidente al menos nos hace comprender algunas verdades: la adversidad inspira el poder de la lucha, el destino está en las propias manos, la voluntad fuerte es la fuerza impulsora del éxito y la perseverancia puede conducir al éxito.