Lema de la vida del maestro
El lema del maestro es el siguiente:
1. Amar a cada niño y crecer junto con ellos en el reino del amor.
2. La tolerancia hacia los estudiantes es una especie de sabiduría, una virtud y una especie de cultivo.
3. El amor que viertes en tu corazón puede hacer que los niños florezcan temprano.
4. Escucha atentamente las voces de los niños y nutre de amor cada corazón joven.
5. Protege la inocencia de los niños, siente los verdaderos sentimientos y aprecia la diversión de los niños.
6. Los niños corrientes, con una educación correcta, se convertirán en personas extraordinarias.
Cómo los maestros de jardín de infantes tratan correctamente a los niños:
1. Aprenda a comunicarse con los niños y a mantener el mismo estatus que ellos.
Los niños son pequeños, tienen poca experiencia, hablan menos y tienen frases sencillas. Los profesores deben guiar e inspirar a los niños para que aprendan más contándoles historias, jugando, cantando, bailando, jugando con juguetes, etc. a las diferentes características de cada niño. Hablar, aumentar el conocimiento y las habilidades comunicativas de los niños a través de preguntas y cuentos. Los niños también son reflexivos. Sólo si los respetas primero sabrán respetarte y amarte.
2. Tratar a los niños con "cuatro corazones": responsabilidad, amor, paciencia e inocencia infantil.
La responsabilidad es lo que todo educador debe tener. Como maestro de preescolar, debes tener clara la naturaleza y las tareas de tu trabajo. Después de un período de enseñanza, tus tareas estarán completas. Ésta es una de las manifestaciones de la responsabilidad educativa. Al mismo tiempo, debemos ser responsables de nuestros hijos, de nuestros padres, de los jardines de infancia, de nosotros mismos e incluso de la sociedad. Los niños son las flores de la patria. Debemos dejarlos crecer sanos y felices. en jardines de infancia.
3. Comunicarse frecuentemente con los padres para cultivar conjuntamente buenos hábitos en sus hijos.
Existe un dicho chino que se llama "Los niños de tres años parecen mayores, los de siete años parecen viejos". Los buenos hábitos desarrollados en la primera infancia le afectarán durante toda su vida. Por tanto, cultivar buenos hábitos en los niños pequeños también es la clave para mejorar su calidad. Como maestros de preescolar, debemos ser buenos observando sus palabras y acciones. Si descubre que su hijo tiene deficiencias, debe tomar las medidas adecuadas para corregirlas y animarle a deshacerse de los malos hábitos.
A veces también puedes inventar algunas historias basadas en los malos hábitos de los niños y dejar que juzguen lo bueno o lo malo. Esto es más concreto e intuitivo, y el efecto es más obvio. Al mismo tiempo, se debe cultivar el amor de los niños y el espíritu de trabajo en equipo. Cuando logran algún progreso, el maestro debería elogiarlos más.