33 sabios rurales en el condado de Siyang, Suqian, provincia de Jiangsu, organizaron clases de caridad. ¿Qué está pasando?
33 sabios rurales en el condado de Siyang, Suqian, Jiangsu, organizaron clases de caridad. Esto se debió principalmente a que los padres de estos niños no pudieron regresar a casa a tiempo durante el Año Nuevo chino por motivos laborales y requisitos de prevención de epidemias. Celebrando la Fiesta de la Primavera con estos niños, estos 33 abuelos organizaron ellos mismos una clase benéfica.
Esta clase es diferente de nuestra clase tradicional. Esta clase involucra principalmente a estos 33 abuelos que se turnan para acompañar a estos niños abandonados en una sala, todos juegan juntos, aprenden caligrafía juntos y cuentan historias juntos. Estos abuelos quieren utilizar este método para que estos niños abandonados se sientan amados y disfruten de un feliz Festival de Primavera.
Con el desarrollo de los tiempos, el fin de año ha llegado repentinamente. Cada año, al final del año, la gente de la ciudad carga sus maletas y se va a casa. año, y ahora tienen que volver a casa, llevándose consigo el salario de un año y emprendió el camino a casa. Algunas personas pueden regresar a casa a tiempo para el Año Nuevo, pero muchas personas no pueden regresar a casa para el Año Nuevo debido a necesidades laborales. Entre ellos se encuentran agentes de policía, médicos y trabajadores inmigrantes. Para poder completar mejor su trabajo y cumplir con sus responsabilidades laborales, se apegan a sus puestos en la ciudad.
En Suqian, Jiangsu, 33 abuelos no están inactivos durante el Año Nuevo chino. Hacen microfilantropía. Escuché que hay muchas familias en el pueblo que no pueden volver a casa para celebrar el Festival de Primavera. Por motivos laborales, los niños solo pueden enviar cuidados a los ancianos en casa y se sienten muy solos.
Para cambiar esta situación, estos abuelos decidieron realizar una clase de bienestar público. Reúnen a estos niños y los dejan jugar en la misma habitación, para poder solucionar el problema de que estos niños jueguen solos en casa y se sientan solos. En segundo lugar, estos abuelos también utilizan su propia experiencia para ayudar a estos niños a practicar la caligrafía y contarles historias. El comportamiento de estos abuelos merece nuestro elogio.