Las temperaturas frías hacen que los portátiles se ralenticen.

Todos los ordenadores actuales disponen de sondas de temperatura. Cuando la temperatura sube, el ventilador comenzará a funcionar y cuando la temperatura baja, el ventilador dejará de funcionar.

Además, los portátiles suelen funcionar normalmente entre -5 ℃ y 55 ℃ (pero el entorno real en el que los portátiles pueden funcionar correctamente debe estar entre 5 y 45 ℃). Si la temperatura es demasiado baja, es posible que sea necesario un período de calentamiento y que el funcionamiento de la CPU necesite un período de búfer.

Esto es como tomar fotografías de escenas nevadas en invierno. Si tu cámara digital no se mantiene caliente, la batería pronto se agotará.