Asteroides, cometas y meteoros: los grandes misterios de los pequeños cuerpos celestes
No te dejes engañar por sus nombres. Los objetos más pequeños de nuestro sistema solar (asteroides, cometas y meteoros) guardan grandes sorpresas. Los asteroides, los cometas y algunos de los cometas que de ellos emanan son restos de la formación de nuestro sistema solar hace 4.600 millones de años. Si bien los planetas y las lunas han sufrido cambios a lo largo de decenas de millones de años, muchos de estos "pequeños" de hielo, roca y metal no. Se parecen mucho al registro fósil que documenta la evolución planetaria.
Actualmente hay 791.384 asteroides conocidos y 3.559 cometas conocidos.
En el comienzo de nuestro sistema solar, antes de que existieran la Tierra, Júpiter y Plutón, una enorme nube arremolinada de polvo y gas rodeaba el sol. Los granos de polvo en su disco de polvo chocan entre sí, formando bloques de roca más grandes. Este proceso continúa hasta que adquieren el tamaño de rocas. Con el tiempo, esta capa de acumulación evolucionó para formar los planetas de nuestro sistema solar.
Miles de millones de pequeñas rocas espaciales nunca evolucionaron. Lo sorprendente es que la mayoría de estos "pequeños universos" mágicos apenas han cambiado en los 4.600 millones de años transcurridos desde su formación. Su estado relativamente prístino convierte a los cometas, asteroides y algunos meteoros en grandes narradores de cómo eran las condiciones en muchos de los primeros sistemas solares. Pueden revelar secretos sobre nuestros orígenes. Pueden proporcionar pistas sobre los orígenes del agua y las materias primas que hacen posible la vida en la Tierra.
Datos actuales:
Asteroides conocidos: 791.384
Cometas conocidos: 3.559
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Exploración Robótica
Las naves espaciales robóticas de la NASA nos permiten visitar de cerca cometas, asteroides y planetas enanos, e incluso traer muestras para estudiar. Apenas estamos empezando a entender cómo son estos lugares, de qué están hechos y cómo se formaron.
¿Las materias primas de la vida?
Los cometas y asteroides probablemente transportaron parte del agua y otros ingredientes que permitieron que se desarrollaran las complejas reacciones químicas que dieron origen a la vida en la Tierra. El aminoácido glicina se encontró en el polvo de un cometa traído a la Tierra por la misión Stardust. Los organismos utilizan la glicina para producir proteínas. Este descubrimiento apoya la hipótesis de que algunas de las materias primas para la vida formadas en el espacio fueron traídas a la Tierra hace mucho tiempo por meteoritos y cometas.
Al igual que los detectives forenses, los científicos están siguiendo pistas de lo que sucedió cuando el sistema solar era joven para reconstruir la historia de nuestros orígenes. Lo que aprendamos también contribuirá a nuestra comprensión de los sistemas planetarios en otras galaxias y cómo se desarrolló la vida en esos lugares.
Recursos para el futuro
También exploramos pequeños planetas para comprender las dificultades y recursos que afectarán a la colonización humana del sistema solar. ¿Qué desafíos enfrentaremos a medida que nos aventuremos más allá de nuestro planeta? ¿Podremos encontrar nuevas fuentes de materias primas y recursos naturales que podamos utilizar en la Tierra? ¿Podrían los humanos algún día utilizar asteroides y cometas como gasolineras? ¿Podríamos encontrar fuentes de energía nuevas y más limpias en el espacio para ayudarnos a proteger nuestro medio ambiente?
Protección frente a posibles impactos
Un impacto es un proceso en el sistema solar que puede acabar con la vida o hacerla avanzar. Estas colisiones cósmicas son tan naturales como la lluvia, aunque ocurrieron con mayor frecuencia cuando el sistema solar era joven. Los científicos creen que objetos desprendidos y restos de colisiones anteriores cayeron a la Tierra y desempeñaron un papel importante en la evolución de nuestro planeta.
Cada vez más, los científicos descubren asteroides y cometas con órbitas inusuales que los acercan a la Tierra y al Sol.
Sólo unos pocos de estos objetos representan una amenaza para la Tierra, pero cuanto más los conozcamos y comprendamos, mejor preparados estaremos para tomar las medidas adecuadas si uno de ellos nos golpea.
Comprender el tamaño, la forma, la masa, la composición y la estructura de estos objetos puede ayudarnos a decidir la mejor manera de desviar las rocas espaciales de la amenazante órbita terrestre. Las misiones a cometas y asteroides proporcionan información valiosa sobre su composición y estructura, lo que ayuda a los científicos a desarrollar las mejores soluciones para objetos en órbitas amenazadoras.
Al rastrear objetos cercanos a la Tierra potencialmente amenazantes en tiempo real, podemos ganar más tiempo para estudiar situaciones potencialmente amenazantes. El Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA se lanzó en 1998 para coordinar una serie de estudios iniciados por la NASA para detectar, rastrear y caracterizar asteroides y cometas potencialmente peligrosos que puedan acercarse a la Tierra.
Autor: nasa
FY: Helen Lisbon
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