Los niños son adictos a jugar con teléfonos móviles. Los necesitan cuando regresan a casa de la escuela. ¿Cómo evitar que los niños jueguen con teléfonos móviles?
La palabra "parar" no es fácil de utilizar. "Parar" es un reflejo del control, el miedo y el miedo de los adultos. Usar "bloquear" a un niño es una señal de que los padres no lo están usando correctamente y los niños nunca lograrán sus objetivos educativos "bloqueando", "restringiendo" o "suprimiendo". Los niños nunca alcanzarán los objetivos de la educación "bloqueando", "restringiendo" y "suprimiendo". "Bloquear", "restringir" y "prohibir" nunca son métodos educativos eficaces ni aportan muchos beneficios. Por el contrario, a veces las restricciones excesivas pueden provocar una resistencia más fuerte.
En primer lugar, es mejor “guardar” que “bloquear”. Los padres dan el ejemplo dejando sus teléfonos móviles frente a sus hijos y leyendo y jugando con ellos. Cuanto más pequeño sea el niño, menos interesado estará en los teléfonos móviles si juega con él. Lo acompañas a encontrar más cosas divertidas que hacer, explorar la naturaleza y pasar el rato en la biblioteca.
En segundo lugar, significa que el niño ha desarrollado el hábito de jugar con teléfonos móviles, o que el número de veces que juega con teléfonos móviles ha superado las expectativas de los padres, y los padres tienen que utilizar el método de " detener". Si no presta atención en momentos normales, es demasiado vago para acompañar a sus hijos o llamarlos, esperar hasta que sus hijos formen un hábito, se vuelvan adictos y quieran "parar" ya es un "callejón sin salida". Si pierdes una oveja, puedes arreglar la laguna jurídica y quedarte con otra oveja, pero el niño no es una oveja y el crecimiento de cada niño es irreversible.
En tercer lugar, "parar" nunca es la mejor solución. Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta importante en la sociedad moderna. En la era inteligente, no solo aparecerán los teléfonos móviles, sino que también aparecerán otros productos más inteligentes. "Impedir" ciegamente que los niños accedan a productos inteligentes es un paso atrás para los padres, y además genera una sensación de impotencia y desconfianza en sus propias capacidades de gestión y autocontrol.
En cuarto lugar, los padres con regularidad, fuertes habilidades de autogestión y fuerte autocontrol no temen que sus hijos jueguen con teléfonos móviles. En familias con buenas rutinas y hábitos, y padres con habilidades de autocontrol, no es terrible que los niños jueguen con teléfonos móviles, porque los niños también pueden aprender el autocontrol a partir de las palabras y hechos de sus padres. ¡A los niños no les da miedo jugar con los teléfonos móviles! ¡Lo terrible son esos padres que no tienen autocontrol, se olvidan de acompañar a sus hijos, los entregan al teléfono y luego los "bloquean"!