¿Cuáles son los cuatro modelos comunes de desempeño ajustado al riesgo?
Modelo de riesgo crediticio de KMV basado en el precio de las acciones Durante mucho tiempo, los bancos han ignorado el precio de mercado de las acciones a la hora de tomar decisiones sobre préstamos. El modelo KMV se basa en el supuesto de que los cambios en el precio de las acciones de una empresa proporcionan una base confiable para la evaluación del crédito corporativo. Por lo tanto, los bancos prestamistas pueden utilizar esta importante herramienta de gestión de riesgos para hacer frente a los problemas encontrados en los mercados financieros. Aunque pocos bancos utilizan el modelo KMV como único indicador de riesgo crediticio en la fijación de precios de préstamos, muchos bancos lo utilizan como herramienta de alerta temprana de los niveles de riesgo crediticio.
JP Morgan modelo de cartera de activos de riesgo de crédito VAR1997, JP Morgan lanzó el modelo de cartera de activos de riesgo de crédito matriz de crédito, que introdujo un nuevo concepto de gestión de riesgos. Es decir, en función de los cambios en la calidad crediticia, la posibilidad de pérdida de valor de los activos se califica de manera oportuna. La principal pregunta reflejada es qué pérdida ocurrirá con mis activos si la situación es mala el próximo año.
En el modelo RAROC, RAROC asigna un costo de capital a cada operación igual a la pérdida máxima esperada de la operación en un año (después de impuestos, nivel de confianza de 99). Cuanto más riesgoso sea el acuerdo, más capital requerirá y más flujo de efectivo o ingresos requerirá. RAROC se puede utilizar ampliamente en la gestión bancaria, como la gestión del riesgo de tipos de interés, la gestión del riesgo de tipo de cambio, la gestión de acciones, la gestión del riesgo de productos y la gestión del riesgo crediticio.
El modelo EVA, EconomicValueAdded (EVA para abreviar) ha sido adoptado por cada vez más empresas en países desarrollados occidentales como Estados Unidos para cuantificar la realización del objetivo de maximizar la riqueza de los accionistas. En comparación con el beneficio contable tradicional, el EVA tiene en cuenta no sólo el coste del capital de deuda (intereses) sino también el coste del capital común. Desde una perspectiva económica, los beneficios contables sobreestiman los beneficios reales y el EVA supera esta debilidad de la contabilidad tradicional.