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Sentencia de Oro 60: Lento, pero errante, rápido, pero persistente

El ritmo más lento no es un paso, sino un deambular;

El ritmo más rápido no es un sprint, sino perseverancia.

Cuando no puedas aguantar, recuerda decirte a ti mismo: Es mejor hacerlo una vez que pensar mil veces. Es mejor caer magníficamente que vagar sin sentido. Siempre que no te rindas, todo es posible. Mientras tengas esperanza, serás invencible.

No dejes que la vida se quede en el presente. De ahora en adelante, cambia tu círculo de amigos, cambia tu posición, cambia tu mentalidad y tu forma de pensar, para descubrir una vida mejor y crearte a ti mismo. A partir de este momento, rechaza las fricciones internas y sé un gigante en acción. Simplemente porque el destino no favorecerá a nadie, sino que favorecerá a quienes siguen avanzando hacia la luz.

Más lento que deambular. La acción más lenta es permanecer en el lugar y dudar en seguir adelante. Sólo cuando actúes sabrás lo que te espera. Si encuentras un problema, simplemente encuentra la manera de resolverlo. Si realmente no se puede resolver, déjelo a un lado por el momento o evitelo. Si solo tienes ensoñaciones, luego empiezas a enredarte y terminas deambulando por el mismo lugar, sólo estarás perdiendo el tiempo.

No tengas miedo de ser lento, solo ten miedo de quedarte quieto. Recuerdo que esto fue lo que dijo el profesor cuando participé por primera vez en un entrenamiento de carreras de larga distancia. Una tarde estaba entrenando. Al principio estaba lleno de confianza y energía, y seguí a todos para aprovechar la "primera oportunidad". Menos de la mitad, me sentí exhausto y me detuve a descansar. Sin embargo, cuando quise empezar a correr de nuevo, descubrí que mis piernas estaban como plomo y no podía levantarlas en absoluto. Después de varios intentos fallidos, regresé a la escuela en silencio bajo el susurrante viento otoñal.

Más rápido es mejor que perseverar. Recuerdo haber escuchado la historia de la tortuga y la liebre cuando era joven y siempre sentí curiosidad por saber cómo la tortuga podía correr más rápido que la liebre. Después de experimentar algunas cosas, me di cuenta profundamente de que la verdadera velocidad en el camino de la vida no es una ráfaga corta como una carrera de 100 metros. Pero como en un maratón, sigue corriendo. Mientras sigas caminando, por muy lejos que sea el camino, podrás alcanzarlo a tus pies.

¡De ahora en adelante, trabaja duro para cambiarte y avanzar en dirección al sol!