Sentimientos de la composición del SARS
En el soleado mes de marzo, el repentino virus del SARS se estaba propagando ferozmente. La gente entró en pánico y yo estaba inquieto.
El SARS es tan terrible. Si te infectas, estarás condenado. El pánico y el miedo me impidieron calmarme durante mucho tiempo. Si las cosas seguían así, mi espíritu colapsaría. En ese momento, el Comité Central del Partido, cuyo núcleo era el camarada Hu Jintao, llevó al pueblo de todo el país a declarar la guerra al virus del SARS. Cuando se trata a pacientes con SARS, es el personal médico que lucha en la primera línea de la lucha contra el SARS, el que tiene el contacto más frecuente con los pacientes, realiza las tareas más triviales y tiene las mayores posibilidades de infección. En esta batalla sin humo contra el SARS, muchos "ángeles de blanco" estaban tranquilos, intrépidos y valientes. Utilizaron el amor, la sabiduría e incluso sus vidas para salvar a los pacientes del peligro, mostrando su comportamiento heroico y dedicación desinteresada.
En el hospital, los médicos y los ángeles vestidos de blanco se enfrentaron frontalmente al virus Sars, independientemente de sus propias vidas. Cualquier dura batalla va acompañada de enormes sacrificios y esfuerzos. Sacrificaron a su pequeña familia para cuidar de todos y lucharon desinteresadamente en el campo de batalla peligroso y sin humo. Las enfermeras aplicaron inyecciones e infusiones a los pacientes con SARS, les dieron agua y comida, dieron la vuelta a los pacientes gravemente enfermos, les cambiaron la ropa y ajustaron sus ventiladores. Casi nunca se detuvieron una vez que ingresaron a la sala. Desde marzo, no han tenido ningún fin de semana libre y a menudo trabajan horas extras, a veces más de diez horas al día. Ante el llamado de la vida, el personal médico interpretó las responsabilidades de los ángeles vestidos de blanco con sus magníficas habilidades médicas y hermosos corazones, y construyó un puente de vida con amor. No temieron el peligro, enfrentaron dificultades y rescataron cuidadosamente a cada paciente. Algunos incluso se desmayaron en la sala por agotamiento. La condición de los pacientes con el virus del SARS estaba bajo control, pero algunos de ellos estaban infectados por el virus del SARS. No sólo no se quejaron, sino que sintieron que no habían cumplido con sus tareas, lo cual me conmovió mucho.
Durante los últimos meses, las enfermeras han salvado las vidas de pacientes de SARS una tras otra con su infinito amor por su carrera y sus pacientes, componiendo himnos de salvación y curación. Como chino, quiero decirles: "Gracias, gracias, les diste una segunda vida a esos pacientes con SARS".